NO ME JODAS, POR FAVOR

Diecisiete escenas independientes en las que sus personajes se llevan la contraria. A veces por nimiedades, otras por cosas importantes y duraderas. Lo unificador: la discrepancia en el gusto, el matiz, la opinión. Lo diferente es el tiempo, el humor o el dramatismo, y la gravedad o levedad de esa misma discrepancia.

Con Molière y su obra «Los importunos» como precedente. Un manifiesto sobre las razones por las que un ser humano llega a desesperar de sus semejantes.

Una comedia inteligente, fresca, donde pensar no se convierta en una tortura sino en algo divertido y estimulante. Donde cada escena es un mundo, una partida. Los personajes son finalmente peones de una partida de ajedrez en donde unos y otros se buscan con astucia, paciencia o deseo.