
Los Drunken Cowboys empezaron a cabalgar en el año 2009 por tierras aragonesas a ritmo de su particular Western Etílico: una mezcla de las raíces más profundas de la música americana montañesa con ciertas reminiscencias irlandesas.
Sus canciones cuentan las historias de las barras más oscuras del western donde la vida de un hombre valía lo mismo que un trago de whisky barato. Su música mezcla instrumentos más tradicionales como el banjo, la armónica o el violín con instrumentos eléctricos del rock como el bajo, la batería o la guitarra, acompañados, cuando la ocasión lo permite, por un espectáculo de pirotecnia guiado por un maestro escupefuegos. Disparos, botellas rotas y partidas de póker resurgen con ritmos endiablados que incitan a bailar sobre una pierna con una jarra en cada mano.
Sus canciones cuentan las historias de las barras más oscuras del western donde la vida de un hombre valía lo mismo que un trago de whisky barato. Su música mezcla instrumentos más tradicionales como el banjo, la armónica o el violín con instrumentos eléctricos del rock como el bajo, la batería o la guitarra, acompañados, cuando la ocasión lo permite, por un espectáculo de pirotecnia guiado por un maestro escupefuegos. Disparos, botellas rotas y partidas de póker resurgen con ritmos endiablados que incitan a bailar sobre una pierna con una jarra en cada mano.
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Cervezas y Tractores tour 2023
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