Teatro | Animación
70 minutos | Castellano | Todos Públicos
Es un canto de cantos a la lluvia pero, sobretodo a esa actitud gozosa de recibirla y celebrarla que sólo tienen los niños.
Hemos preparado elementos simples como muñecos, pelotones o túneles que despiertan el sentido lúdico, que nos ayudan a romper esas invisibles barreras que hemos ido creando para poner cortapisas a lo más genuinamente humano que tenemos: el juego libre, gozoso y compartido.
Los Titiriteros tocan en el escenario y se mueven entre el público con elementos visuales y grandes títeres ; proponen bailes y danzas, llevan un vestuario que los convierte en plantas, en ecosistemas que también precisan agua.
El espectáculo se inicia con un canto a la lluvia común a muchas culturas: “¡Que llueva, que llueva!”. Sigue con juegos de corro que hablan de la relación entre el agua y la vida “Arroyo claro, fuente serena…”, “¿Dónde están las llaves?”, más tarde formamos hileras que corren y pasan bajo el influjo benéfico de los arcos vegetales y animales, un juego rítmico y una habanera nos permiten presentar la riqueza de la fauna marina. Continuamos con juegos que versan sobre la riqueza del mundo acuático: “Una sardina, dos sardinas”, “Vamos a la mar a comer pescado”.
Con títeres representamos la canción “Estaba la rana sentada cantando debajo del agua”, para presentar la biodiversidad de las lagunas y humedales. Después un frenético baile de parejas: “La chata pedigüeña”.
Ficha Artística
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