COPILOTO
Bajo el nombre de Copiloto encontramos a Javier Almazán, oscense afincado en Zaragoza, autor e intérprete de canciones. Almazán cuenta en su haber con cinco trabajos discográficos; Cuatro discos publicados en la discográfica aragonesa Grabaciones en el Mar («Defensa del artista que no existe» -2008-; «Un segundo Luminoso»-2009-; «El inicio, el desencanto y el círculo de confianza» -2011- y «Los Puentes hundidos» -2015- y un reciente trabajo autoeditado: «Abrazos Salvavidas» (2021).
Javier Almazán ha sido galardonado con tres Premios de la Música Aragonesa (PMA), a saber; Dos premios al mejor disco aragonés del año («Un Segundo Luminoso» y «Los Puentes hundidos» respectivamente) y un tercero a la mejor portada del año por «El Inicio, El desencanto y El Círculo de confianza» obra del artista oscense Javier Aquilué Laliena.
Sus discos siempre se han encaramado a lo más alto de las listas de «lo mejor del año» de, entre otras publicaciones, Mondosonoro Aragón
Su trabajo ha sido reconocido y recomendado por la prensa especializada nacional.
Ha formado parte del cartel de grandes festivales nacionales como Sonorama Ribera; FIZ; Tremendo Pop o Easy Pop.
Asimismo, Copiloto también ha participado actuando en directo en «Los Conciertos de Radio 3» de RTVE. Y en numerosos programas de Aragón TV. Y formó parte del tour «Gato Negro/Dragón Rojo» del grupo aragonés AMARAL como «telonero» en 2008-2009 y repetiría la experiencia en 2015 (tocando con toda su banda) en dos fechas de la gira «Nocturnal» (2016).
SOBRE SU ÚLTIMO TRABAJO «ABRAZOS SALVAVIDAS» (2021)
Tras cuatro discos editados y una carrera consolidada, el 13 de agosto de 2016, instantes antes de subir al escenario Copiloto (Javier Almazán) se despide de los músicos con los que ha compartido tantos momento. Tras el último acorde, Javier desaparece rumbo al sur dejando atrás instrumentos, compromisos y canciones con la intención de no volver a tener nada que ver con el mundo de la música.
En los 5 años que siguen, Javier no solo deja de tocar instrumentos sino que deja incluso de escuchar música y se mueve en un bucle de infinita resolución sin sentir mucha ilusión por nada salvo por estar con sus hijos, verles crecer y poner todo de su parte para ser un padre presente. La vida pasa como un rodillo, pierde a su padre, gana una dura guerra contra la tristeza, se divorcia, se muda de casa, desempolva su guitarra y comienza lo que considera la segunda parte del partido.
Paradójicamente, Copiloto aprovecha el confinamiento para poner en orden su vida y preparar su vuelta al ruedo discográfico.
Siente la necesidad de volver a escribir letras y hacer canciones. Vuelve a haber cosas que contar e ilusión por crear melodías y grabarlas. No es sencillo arrancar un motor que lleva demasiado tiempo sin usarse, hace falta un buen mecánico. Y es aquí donde entra en escena Edu Baos (León Benavente, Tachenko, Nacho Vegas…)
Grabación
“Conozco a Edu Baos desde hace años y muchas veces durante este tiempo hemos comentado la posibilidad de trabajar juntos, tuvimos una buena experiencia grabando el single “El Modelo de Watson & Crick” y nos quedamos con ganas de grabar más cosas”
“En aquel momento mi casa estaba a 10 minutos de El Cariño (así se llama el estudio de Baos) de modo que me resultaba muy cómodo ir y venir”
Músico y productor se entienden desde el primer momento. “Yo estaba ilusionado y con ganas pero a la vez un poco abrumando por la idea de volver, me sentía un tanto oxidado y él me ayudó a engrasar y a recorrer ese camino tanto musical como emocionalmente. Yo estaba hipersensible y él tuvo mucha paciencia”. Dice Javier de la experiencia. Y añade: “Edu es un productor muy intuitivo y exigente, te hace de espejo, te propone cambios melódicos y armónicos, te reta, te lo puede poner difícil si ve que esa es la manera de conseguir lo que uno busca”.
“Fuimos canción a canción. Las destruíamos y las volvíamos a armar. Y la vez, decidimos optar por la sobriedad. Pocos instrumentos, nada de bases, ni baterías, ni bajos, ni guitarras eléctricas, ni programaciones. También trabajamos en mi forma de cantar, en cómo interpretar. Me hizo sufrir con eso pero me alegro de haber confiado en él y de haberme dejado guiar.”
“Durante toda mi carrera siempre he llegado al estudio con los deberes hechos, como suele decirse, todo atado y preparado para darle al –REC- pero en “El Cariño” íbamos cambiando todo continuamente y sin miedo a nada. Algunas melodías e incluso algunas letras las completaba ya metido en la cabina! Grabando las tomas de voz! Algo impensable en mi forma de trabajar hasta ese momento.”
Los textos
La pérdida del padre, la enfermedad, la ruptura sentimental, la paternidad, el ejercicio de la elección (“Si vivir es elegir hoy yo elijo decidir/ Y decido no huir más hacia delante” canta en El Amor y el Mundo), la negación de la parálisis a la que aboca el miedo al cambio cuando uno no es feliz… Los textos de “Abrazos Salvavidas” tratan acerca del valor para romper inercias que devoran vidas y deshacen sueños pero, esta vez (a diferencia de “Los Puentes Hundidos”) el mensaje que subyace es de esperanza “Renacer es reinventarse con lo puesto”.
El reencuentro con uno mismo como camino hacia la liberación de la culpa y el amor como motor de vida (“El amor y el mundo”). El deseo como expresión de la conexión sublime entre dos individuos (“Todo irá bien”), la tranquilidad que de confirmar que el recuerdo de una relación maravillosa, pero zanjada, no tiene por qué ser algo traumático ni paralizante (“Lo inolvidable”). La aceptación de que la obsesión por tenerlo todo bajo control solo lleva a la neurosis y que es mejor fluir e ir haciendo memoria con cada momento vivido (“Tu Universo Controlado”). Un hombre que se esfuerza por ejercer como un buen padre y que es el eslabón entre la memoria de propio padre y sus hijos (“Abrazos Salvavidas”). Incluso el hartazgo y la desafección política (“Qué solo se está en la cima”) tienen su lugar en “Abrazos Salvavidas” (El disco)
Copiloto ha vuelto en plena forma y todo parece indicar que para quedarse.
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