Monstruos, el prodigio de los dioses es una apuesta firme por una mirada renovadora de textos clásicos del Siglo de Oro español. Tomando como protagonistas a Semíramis, de La Hija del aire, Aquiles, de El monstruo de los jardines y Herodes, de El mayor monstruo del mundo, tres grandes personajes de Calderón de la Barca, releemos sus historias desde nuestra actualidad. Se invita así a que el espectador se acerque a ellos de una manera distinta, descontextualizándolos de las obras originales y permitiendo una lectura contemporánea que entronque directamente con una problemática actual: la del diferente tratado como alguien negativo y conflictivo por aquellos que gobiernan las grandes estructuras de poder.
Los tres personajes sobre los que se sustenta la obra, son seres humanos definidos como “monstruos” por las condiciones en las que han nacido y crecido. El concepto de monstruosidad en la obra de Calderón está muy presente. Para él su significado no tiene las connotaciones negativas que hoy ha adquirido el término. Es por ello, que queremos rescatar el significado primigenio de esta palabra al igual que lo hace el autor. Monstruo como ser fantástico, extraordinario, que no encaja en el orden natural, en el orden establecido, pero que tiene cualidades admirables, envidiadas y temidas por aquellos poderosos que no las poseen. El Monstruo, en Calderón y en nuestro montaje, es aquel que por su valía es temido por aquellos que tienen un rango de poder importante que no quieren perder. Las dotes que posee este ser fantástico y monstruoso, son interpretadas como una amenaza para la sociedad.
Monstruos, el prodigio de los dioses, persigue devolverle el lugar que merece, y que un día ocupó, lo diferente. Para ello comenzamos la historia millones de años atrás. En aquel momento donde por primera vez, los dioses, por miedo a ser inferiores, hicieron caer al primer monstruo.
Los tres personajes sobre los que se sustenta la obra, son seres humanos definidos como “monstruos” por las condiciones en las que han nacido y crecido. El concepto de monstruosidad en la obra de Calderón está muy presente. Para él su significado no tiene las connotaciones negativas que hoy ha adquirido el término. Es por ello, que queremos rescatar el significado primigenio de esta palabra al igual que lo hace el autor. Monstruo como ser fantástico, extraordinario, que no encaja en el orden natural, en el orden establecido, pero que tiene cualidades admirables, envidiadas y temidas por aquellos poderosos que no las poseen. El Monstruo, en Calderón y en nuestro montaje, es aquel que por su valía es temido por aquellos que tienen un rango de poder importante que no quieren perder. Las dotes que posee este ser fantástico y monstruoso, son interpretadas como una amenaza para la sociedad.
Monstruos, el prodigio de los dioses, persigue devolverle el lugar que merece, y que un día ocupó, lo diferente. Para ello comenzamos la historia millones de años atrás. En aquel momento donde por primera vez, los dioses, por miedo a ser inferiores, hicieron caer al primer monstruo.
