La intención de Sandra yDavid cuando idearon el proyecto era hacer un homenaje al universo de Pepe Marchena. Objetivo que han conseguido desmontando pieza a pieza al genio flamenco y volviéndolo a reconstruir con una arquitectura nueva, a través del estudio y la comprensión de su esencia.
"Recordando a Marchena" es un proyecto de dos artistas originales y pioneros en su categoría. Así pues, Sandra es una de las cantaoras más versátiles y con más sabiduría flamenca de su generación, pero también de las que más lejos ha llevado el flamenco, junto a grandes referentes globales como Anouska Shankar. David, es uno de los nuevos talentos de la guitarra, pero no uno más. Es capaz de recoger el aprendizaje de sus maestros, sorprendidos por su continua evolución.
"Recordando a Marchena" es un proyecto grande, complejo y sin concesiones. No es u n a mera imitación del gran creador de Marchena. Sin duda, es u n a reinterpretación de Pepe Marchena, sin perder las raíces de uno de los artistas más queridos y a la vez criticados de la historia del cante.
De raíces hondas, nuevas flores. Un proyecto además accesible y moderno para todos los oídos.
Se recorren los caminos de las tierras marcheneras, que también vieron nacer al guitarrista de Arahal, en mitad de la campiña sevillana. Un mar verde trigueño en primavera y de olivo, seco y caluroso en verano. Las serranas, peteneras y tarantas. Suenan las bulerías, el polo tobalo y la soleá apolá.
Suena la guitarra del Morón más contundente, a la de Jerez rítmica, a la del conservatorio de la capital con la cadencia de Bach, la de los trinos de Riqueni en el Parque de María Luisa. Suena la armonía de Sanlúcar. David crea música que abraza y acuna el espacio sonoro de los artistas. Unos caminos que llegan hasta el mar abierto que supone Sandra, hasta la Huelva colombina, el mar atlántico de ida y vuelta, así como Marchena quiso viajar por las
tierras de América. Las guajiras, las colombianas y milongas suenan en la voz de Sandra al malecón de la Habana cubana, a los boleros de México México y a la milonga Argentina.
El sabor de la sandía dulce y el melón, de la caña de azúcar, la canela y el limón. La luna y el malecón. Los negros y las mulatas. Las rosas, los pajaritos o las flores y nenúfares del río. Los matices de la voz virtuosa de Sandra, es capaz de sumergirnos en el realismo mágico del cante. Es imposible quedar resguardado y al cobijo sentimental de los "quisiera cariño mío" de la artista onubense.
"Recordando a Marchena" es un proyecto de dos artistas originales y pioneros en su categoría. Así pues, Sandra es una de las cantaoras más versátiles y con más sabiduría flamenca de su generación, pero también de las que más lejos ha llevado el flamenco, junto a grandes referentes globales como Anouska Shankar. David, es uno de los nuevos talentos de la guitarra, pero no uno más. Es capaz de recoger el aprendizaje de sus maestros, sorprendidos por su continua evolución.
"Recordando a Marchena" es un proyecto grande, complejo y sin concesiones. No es u n a mera imitación del gran creador de Marchena. Sin duda, es u n a reinterpretación de Pepe Marchena, sin perder las raíces de uno de los artistas más queridos y a la vez criticados de la historia del cante.
De raíces hondas, nuevas flores. Un proyecto además accesible y moderno para todos los oídos.
Se recorren los caminos de las tierras marcheneras, que también vieron nacer al guitarrista de Arahal, en mitad de la campiña sevillana. Un mar verde trigueño en primavera y de olivo, seco y caluroso en verano. Las serranas, peteneras y tarantas. Suenan las bulerías, el polo tobalo y la soleá apolá.
Suena la guitarra del Morón más contundente, a la de Jerez rítmica, a la del conservatorio de la capital con la cadencia de Bach, la de los trinos de Riqueni en el Parque de María Luisa. Suena la armonía de Sanlúcar. David crea música que abraza y acuna el espacio sonoro de los artistas. Unos caminos que llegan hasta el mar abierto que supone Sandra, hasta la Huelva colombina, el mar atlántico de ida y vuelta, así como Marchena quiso viajar por las
tierras de América. Las guajiras, las colombianas y milongas suenan en la voz de Sandra al malecón de la Habana cubana, a los boleros de México México y a la milonga Argentina.
El sabor de la sandía dulce y el melón, de la caña de azúcar, la canela y el limón. La luna y el malecón. Los negros y las mulatas. Las rosas, los pajaritos o las flores y nenúfares del río. Los matices de la voz virtuosa de Sandra, es capaz de sumergirnos en el realismo mágico del cante. Es imposible quedar resguardado y al cobijo sentimental de los "quisiera cariño mío" de la artista onubense.
ESPECTÁCULOS PUBLICADOS EN 2024
2024
Recordando a Marchena
Música / Flamenco
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