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Yeli Yeli

Choques culturales musicales

 

 

La cultura de New Babylon es el resultado de la actividad global de toda la población mundial, porque todo ser humano está implicado en una relación dinámica con su lugar.

Basados en una amplia libertad creativa, una manera de vivir y un modo de trabajar y sentir compartidos, trabajamos sobre la idea de New Babylons llevado a la música,

La propuesta musical de Álvaro Romero y Pedro Da Linha es una puesta en relación entre dos culturas tan diferentes y cercanas a la vez como son la portuguesa y española, incluyendo algunas resonancias de su relación con los territorios atlánticos de América y Africa.

La electrónica y el flamenco actúan como puntos de partida para una indagación sobre los rumbos, flujos y derivas de estos nuevos babilonios que se dan en la música de ambos países, poniendo el foco en cómo la colonización llevada a cabo por ambos, han influido en la música pasada y reciente, los movimientos que se han producido y se producen a nivel musical, la relación cultural que se ha ido desarrollando a causa de esas idas y venidas, de la explotación, de la exclavitud, de la migración, etc y de como la causa de todo ello influyen en la música y en el arte en general de los dos países, dando forma a nuevos sonidos, como el Kuduro progresivo creado en los suburbios deLisboa y llegados de Ángola.

Vuelven a los orígenes del fado, a aquellos tangos que hacía Pastora Pavon “La niña de los peines”, evocando a los montes del gurugú africanos o a aquella danza primitiva que todavía se baila en el norte de Portugal llamada “La Chula”, pero todo ello desde una mirada actual que recorre los sonidos del pasado conectándolos con el presente/futuro,con el que convivimos en nuestro dia a dia en relación con la música tradicional y las nuevas tecnologías.

Para ello, se basan en un software de música electrónica que usan para acompañar el cante que sale de la garganta del gaditano y que para algunos suena a antaño y para otros a Sleaford Mods.

En este caso, el cante, como suele hacer Álvaro Romero, se emplea como herramienta crítica de pensamiento, haciendo de las letras un espejo en el que el público puede mirarse y verse los lunares, las arrugas propias de la edad o las cicatrices de viejas heridas. Romero lanza preguntas al aire como si fueran “Oles” escritos en lenguaje matemático y, sin detener su cante ni un solo momento, da claves para construir un relato sobre quienes somos y sobre quienes hemos sido. De este modo, la escena se convierte en un jardín en el que florecen cuestiones sobre la memoria histórica, la identidad colectiva, los roles de géneros o la violencia machista.

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