«EL PIANO, EL ROMÁNTICO DE SIEMPRE…»

El título del recital, «El Piano, el romántico de siempre…» no es nada menos que eso: aplicar la esencia romántica, personalista y siempre en la libertad interior del creador.

Marcial de Adalid (1826-1881) , el gran romántico español del siglo XIX, profundo admirador de Federico Chopin, es un perfecto ejemplo para comenzar el recital, ubicándolo en el siglo por antonomasia romántico. Luego se suceden una serie de compositores que no pertenecen necesariamente a esta época y que llega hasta el presente.

Isaac Albeniz (1860-1909) con su ensoñadora «Reverie», Federic Mompou (1893-1987) con su mágico intimismo de los «cinco preludios para piano».El maestro catalán era otro gran admirador de Chopin, como ejemplo una de sus obras más trascendentales, las Variaciones sobre el Preludio N. 7 del compositor polaco. Y si seguimos hablando de admiraciones, el próximo compositor español, Daniel Stefani (1949) se la dedica a su maestro en el «Homenaje a Federic Mompou» (3 preludios y danzas). Un mundo de exquisitas sonoridades al servicio de la música de hoy.

Se abrirá el programa con un gallego del siglo XIX y se cierra con otro del siglo XX: Manuel Balboa (1958-2004). Su «Vals Calavérico», pequeña cajita de música , una miniatura dulce y a su vez sutil y sarcástica. La última obra es el Op.1 de Balboa, una pieza «quasi» malheriana que su título lo dice todo: «Intermezzo Op. 1 En un estilo sentimental».Bellísima música, ensoñadora e intensa para concluir un recital de difícil y arriesgado «virtuosismo interior».