PARA CANTARLA HE NACIDO

María Teresa Pardos Narvión, “La Pardos”, reaparece en la escena de la jota tras casi dos décadas de un silencio impuesto y contenido. Una pausa obligada por uno de esos reveses de la vida, que te alejan de lo que más quieres y en tu mejor momento.

Una vez superada la prueba, después de 18 años y en plena madurez, La Pardos, se sube al escenario para cantarnos quién es, dar las gracias a los que han hecho posible que sea y declarar abiertamente, que sí, que ama y amará la jota.

En  primera persona, una de las grandes voces del folclore aragonés, desgrana su vida, estilo a estilo, jota a jota…las de su infancia, las que aprendió con sus maestros y las que guardaba como un tesoro en una cajita porque en aquél momento no se querían escuchar.

Independiente, leal, honesta con ella, no tuvo fácil defender su manera de cantar en una época en las que los cánones establecidos imponían una  manera de entender el canto. No se casó con nadie, fue fiel a lo que le enseñaron, y a pesar de ello, recogió los premios más importantes que se otorgan en el mundo de la jota.

Defendió la escuela que recibió, la transmitió y creó una propia. Para ella, tan importantes son los premios que ganó, como las “semillitas” que sembró para que perpetuaran el legado que recibió.

En su mejor momento tuvo que decir adiós. Pero su espíritu nunca dejó de cantar, al fin y al cabo, la jota es para ella una liberación de su alma, y si no hubiera de volver a cantarla…maldito sería el vivir.

Aquella que “estaba en San Gil”, aquella que es historia y sin embargo una desconocida para las nuevas generaciones, aquella María Teresa Pardos Narvión, vuelve a la escena para abrir la caja de sus estilos, compartirlos, recordarlos y preservarlos del olvido.

Veinte años no son nada, y la campeona renace con esta bienvenida a su vida. Fue la Jota la que la eligió a ella y no hay duda de que para cantarla, ha nacido.