Amor y locura

Amor y locura mezcla el deseo, la música, el infortunio, el azar, el miedo y el pasado.
Eddie y May son los componentes de un grupo de música y mucho más, pero, tras la marcha de Eddie, Martín se une a May para continuar con el grupo.
Eddie va el reencuentro de May, el amor de su vida, para intentar reanudar su relación que ha sido intermitente durante años y se encuentra con el rechazo visceral de ella, no exento de extrañas contradicciones.
May está iniciando una nueva relación con Martin, pero ésta no es la única amenaza que pende sobre su relación con Eddie, la sombra del padre alberga un secreto oscuro e innombrable.
Eddie y May son algo así, como una proyección de la vida de sus padres. Y aunque quieren escapar, olvidar, huir, no pueden porque solo se tienen el uno al otro. El pasado los ha dejado unidos e inseparables. Solo quizás la presencia de Martín hará que algo cambie, o ¿quizás no?

El texto retrata personajes perdedores que renuncian a sus sueños y sus vidas no tienen el sentido de la continuidad. Resalta la unión y el peso del pasado que a veces nos limita cuando queremos vivir nuestro presente. Así encontramos a May, en la lucha continua entre el deseo y el deber, entre el bien y el mal, porque Eddie ha vuelto, como tantas veces que se ha ido.

Las directoras Pepa Castillo y Natalia Y. Rodríguez muestran personajes impredecibles que viven para amar y ser amados, en un juego constante entre la fuerza y el destino.
El contraste emocional inunda la pieza de principio a fin, la crueldad, la ironía y la intriga. La música en directo es el nexo entre el mundo real y la ensoñación.