YO SOY LA FURIA

Fundamos la Cia. del Corb para descubrir qué quería decir realmente el teatro catalán
actual o, cuando menos, entender cuál era nuestro lugar en la escena como
creadores artistas en un momento de crisis cultural, social y de valores, en un
espacio límbico de urgencia narrativa y empujones publicitarios.
Nuestro camino de exploración pasa por un regreso a las raíces, por una redefinición
del Mito y del Rito teatrales y por la investigación de un formato que seduzca a los
nuevos públicos, recordándoles que, en escena, caben todas las historias posibles.
Por un lado, creemos que el Teatro tiene un componente eminentemente político
(que no partidista, dogmático o panfletario) y fue creado para responder a las
preguntas que nos hacemos como humanos y como sociedad, anticipando las
tragedias y detectando las grietas sistémicas antes de lamentar el derrumbamiento.
Así, los temas de nuestras obras pretenden arraigarse a nuestra
humanidad, reflejando fielmente nuestras noblezas y monstruosidades. Atacamos las
injusticias y lacras de nuestra sociedad con crudeza y sin filtros, haciéndonos eco (en
espíritu que no tanto en forma) de la proverbial “crueldad” de Artaud. El escenario,
siempre mutable en su concepción, tiene que mantenerse en el objetivo de ser el
espejo al cual se refería Hamlet, tiene que ser un catalizador del cambio humano y
social, poniendo el dedo en la llaga e incomodando con verdades dolorosas pero
necesarias.