Teatro | Dramático
100 minutos | Castellano | Todos Públicos
¿Alquimista? ¿Justiciera? ¿Envenenadora profesional? ¿Bruja? ¿Psicópata? ¿O… todo ello? ¿Y si la primera mafia siciliana hubiera sido liderada por “una madrina” y formada por mujeres en pleno s.XVII? ¿Quiénes eran ellas? ¿Unas rebeldes que no aceptaban el destino al que les obligaba su género? ¿O un crimen organizado femenino dispuesto a todo por hacer su voluntad, enriquecerse y conspirar por el poder en la corte romana?
Siempre he pensado que lo que caracteriza a un gran personaje teatral son sus contradicciones, que cuando lo iluminamos siempre queden partes en sombra. También que genere controversia y debate. “Para escribir a un monstruo hay que enten- derlo” decía mi admirado Fernando Marías. Y eso no implica juzgarlo ni justificarlo. Independientemente del motivo o “los principios” que llevaran a Giulia Toffana a confesar haber sido, quizás, el primer caso de serial-killer mujer que conocemos, al envenenar con su fórmula a 600 hombres, lo que la hace excepcional es que se atrevió a ejecutar esta empresa en una época especialmente reaccionaria para la mujer, y que su móvil, al menos al principio, fue ofrecer a otras mujeres la posibili- dad de liberarse de matrimonios crueles y no deseados. Independientemente de sus razones, lo que resulta evidente es que su extremada inteligencia la llevó a perfeccionar un veneno heredado de su madre, tan irrastreable como la red de distribu- ción que logró crear en la Roma de los Papas.
Giulia Toffana tiene, por lo tanto, todos los ingredientes de un protagonista shakespereano, solo que es mujer: intrigas políticas, asesinatos, venganzas, secretos de familia, traiciones y luchas de poder. Tres generaciones de mujeres que apren- den a matar para proteger a su estirpe.
He querido ver “La Toffana” como un drama judicial y un thriller psicológico, pero, desde la perspectiva de sus protagonistas, una tortuosa saga familiar. Un peligroso secreto de familia que pasa de mujer a mujer, engendrado en la desprotección y la violencia. Madre e hija se erigieron en jueces, y sus cientos de clientas, en verdugos.
Ficha Artística
- Autores:Vanessa Monfort
- Adaptación:
- Traducción:
- Dirección:María Herrero
- Intérpretes:Victoria Teijeiro, Amaranta Munana, Aitor de Kintana y María Herrero
- Producción:Evaristo Sánchez
- Escenografía:Karmen Abarca
- Coreografía:Olmo Hidalgo
- Vestuario:Karmen Abarca
- Música:María Herrero