Pepín Banzo nace en los albores del año 73 del pasado siglo y a lo largo del tiempo va absorbiendo todas las facetas culturales que se encuentra en su camino.
Desde pequeño tocaba todos los instrumentos de cuerda que pasaban por sus manos (guitarra, laúd, bandurria, guitarrico…) acompañando a su padre en diversas rondallas. Ya de adolescente se pasó a “las cuatro cuerdas” montando junto a varios amigos la Orquesta Escalibur. En principio como bajista y corista, y después haciendo sus “pinitos” con los instrumentos de viento (dulzaina, gaita….) que había aprendido a tocar de manera autodidacta.
Alumno de Eugenio Gracia adquiere los conocimientos técnicos necesarios que le posibilitan “ser el último gaitero de Ixo Rai!”. En estas formaciones pudo sacar su vena más cómica heredada según él de su abuela Pilar que era una actriz cómica-doméstica.
Tras varios años dando clases de instrumentos tradicionales constituye Os Lizerons donde ofrece a sus alumnos la posibilidad de conformar un grupo del que es director musical y arreglista. Ya de lleno en el mundo folk ha sido miembro de La Orquestina del Fabirol y promotor de proyectos como Lurte, La Libertina y Comando Cucaracha… realizando diversas colaboraciones con otros grupos del panorama aragonés (Dulzaineros del bajo Aragón, Gaiteros de Estercuel, Biella Nuei, La Jota de Ayer y Hoy, La Chaminera, Joaquín Carbonell, Labordeta, La Bullonera, China-Chana…)
Su faceta más teatral se despierta gracias a Fernando Lalana el cual según sus palabras “fue el culpable de que se metiera a titiritero”, durante estos años ha colaborado con grupos como la PAI, Caleidoscopio, Pingaliraina… y fundado el grupo de animación Les Rubitos.
En lo referente a su introducción al mundo de la magia, las causas pueden ser múltiples: el ser hijo único (y que su amigo imaginario no le hiciera caso) , la colección de “El mundo mágico de Tamariz” que adquirió por fascículos… o su destacada habilidad dactilar….
A día de hoy, Pepín se presenta como artista completo en un espectáculo donde la comicidad, la complicidad con el público, la música, la interpretación, la magia y la sorpresa se dan la mano en un espectáculo único que recoge todo lo aprendido a lo largo de una ya dilatada vida profesional.