LOS INVISIBLES

Tío Mierda está contento, ha decidido cambiar de vida y salir de la mendicidad. Confía plenamente en que querer es poder. Pero solo hay un inconveniente, no quiere dejar a su compañera atrás y sabe que a ella no le suelen gustar los cambios. Para convencerla necesita encontrarla de buen humor, así que organiza una fiesta con la excusa de que ya ha pasado un año desde que se conocieron. Sin embargo, el plan le sale mal. Illa encierra un secreto y no tiene la más mínima intención de salir de la calle.

Enfadado ante su negatividad, se marcha y cuando vuelve lo hace con un panfleto en su mano: una multinacional ofrece a los mendigos la oportunidad de trabajar como ‘wifis ambulantes’. Finalmente, tras una peculiar entrevista de trabajo serán admitidos para el puesto, lo que dará pie a una divertida escena en la que acabarán jugando al ‘yo nunca’. Juego que desvela el secreto de Illa: ha sido una mujer maltratada. Ante la sorprendente noticia Tío Mierda llega a aceptar que su compañera no quiera cambiar de vida y le pide que acepte que él sí quiera hacerlo. Tras la reconciliación inician un nuevo juego, fingir ser quienes soñaron ser de niños: Ella, jueza, él, actor. Y entre risas, anhelos y nuevos desencuentros llega el inesperado final. La vida de Illa se apaga.

A lo largo de todo este viaje se irán entrelazando flashbacks que nos mostrarán cómo ambos personajes se encontraron. Se quedaron en la calle por motivos muy distintos, tienen visiones de la vida diferentes, pero desde que se cruzaron, se necesitan.